TODOS SOMOS MARCOS
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Gracias a los zapatistas
Admin el 18-05-2010, 09:58 (UTC)
 Gracias a los zapatistas
Hermann Bellinghausen


Los pueblos indígenas de México se hicieron visibles el Año Nuevo de 1994, y obligaron a escuchar al país entero gracias al legendario ya basta de los zapatistas cuando le dieron una vuelta de tuerca a la historia, se alzaron en armas y dijeron aquí estamos. Nunca antes los pueblos indígenas del país, sus demandas y manifestaciones civilizatorias tomaron el centro del debate nacional. La sociedad nacional supo que había mucho que aprender de los pueblos indios. Los de ascendencia maya y todos los demás.
Gracias a los zapatistas, en la izquierda desmoronada tras el colapso del muro de Berlín renació algo más que una esperanza. México y otros países dieron a luz una generación de activistas y pensadores sociales expuestos a nuevas ideas de liberación y democracia, y nuevas formas de expresar las viejas buenas ideas.

Los indígenas se volvieron extrovertidos, dejaron de pedir, determinados a exigir y resistir. El epicentro de su onda expansiva fue la recuperación de las tierras acaparadas por finqueros y ganaderos que despreciaban a los pueblos, y a sus peones, acasillados o no. Ya bullía un despertar histórico de los pueblos mayas en Chiapas cuando, gracias a los zapatistas, miles de familias indígenas ocuparon la tierra para ocuparse de ella. Se habla de 700 mil hectáreas. Buena parte benefició a los que no eran zapatistas; mas, gracias a su movimiento, los pueblos rebeldes, en particular en la selva Lacandona, al fin tuvieron donde crecerse y vivir bien, con dignidad. México descubrió que la dignidad es un atributo profundo de nuestros pueblos. Por una vez, el vergonzante racismo mexicano chocó de frente con el espejo.

Los zapatistas han dicho, desde el principio, las cosas por su nombre. Nos enseñaron a hablar con la realidad, admitió alguna vez Carlos Monsiváis. Momentos culminantes, como la comandanta Esther hablando al Congreso y al país, imprimieron en la conciencia nacional la legitimidad indeleble de las exigencias indígenas y la transformación revolucionaria de sus mujeres.

Gracias a los zapatistas, el concepto latinoamericano de guerrilla –y su larga cauda de dolor– dio paso a algo nuevo, y a la vez tan viejo como la civilización: un ejército campesino. Éste, comprometido con la vida, sus pueblos y la liberación nacional desde una insospechada lucidez. Mientras, la sociedad civil se percataba de su propia existencia.

Han demostrado que las paradojas son una forma inquietante de decir la verdad: para todos todo, nada para nosotros/mandar obedeciendo/buen gobierno/un mundo donde quepan muchos mundos/un ejército destinado a dejar de ser ejército. La suya ha sido una sólida paz armada, también inédita y casi milagrosa, pues ocurre sitiada y combatida con baja intensidad por la masiva fuerza de ocupación militar del gobierno federal.

Gracias a los zapatistas, por ejemplo, ahora que el país arde en llamas, y sobre todo en miedo (esa percepción), Chiapas es una de las entidades más pacíficas. Dicho de otro modo, la desesperada guerra gubernamental contra el crimen organizado, beligerante y bien armado, no se libra en Chiapas, porque allí sí hay gobierno en las comunidades. Donde están los municipios autónomos y sus áreas de influencia hay muchas cosas, pero no crimen organizado.

Gracias a los zapatistas, en esos territorios sí hay leyes, y se cumplen, aunque los tres poderes de la Unión y los partidos políticos traicionen su palabra siempre que les es necesario. La construcción de la autonomía de los pueblos generó cambios significativos en educación, salud, participación política, organización colectiva. Esfuerzo que no sería posible sin la constancia de las tropas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Gracias a los zapatistas, escritores, pensadores, dirigentes, artistas, fortalecieron la base intelectual de sus posiciones políticas y éticas en América y Europa. La crítica, y de ahí las resistencias contra la nueva etapa del capitalismo y el imperialismo, el neoliberalismo en la era de la globalización, encontró en los zapatistas el impulso definitivo, cuyo pensamiento para la acción se ha desarrollado y elaborado en los escritos del subcomandante Marcos y en las entrevistas más reflexivas de las decenas, quizá cientos, que después de 1994 le hicieron investigadores, periodistas y escritores del mundo.

Las grandes movilizaciones contra el comercio mundial hace una década supieron aprovechar no sólo el mensaje, también la experiencia, en lo que hoy se llaman redes sociales. Los actos y encuentros zapatistas inspiran actos, encuentros, organizaciones y luchas alrededor del mundo. Vamos, gracias a los zapatistas, bandas súper potentes del rock mundial encontraron nuevas cosas gruesas que cantar.

La palabra recuperó su condición de verdad, que la práctica política le había arrebatado en México. Y así como su voz es un arma, un escudo, una fuente, los zapatistas también han enseñado el significado del silencio.


 

Peligro de una guerra armada sin precedente, alerta González Casanova
Admin el 17-05-2010, 15:57 (UTC)
 En este momento las ciencias sociales y el pensamiento crítico enfrentan tres problemas centrales: la destrucción de los recursos naturales, la imposibilidad para que el "sistema actual de dominación resuelva los problema mínimos de una mayoría de la sociedad", y el peligro de una guerra con armas "sin precedentes en la historia de la humanidad", señaló Pablo González Casanova, sociólogo y profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante la conferencia Ciencias sociales y pensamiento crítico: cambios y continuidades.

Con esa disertación concluyó el ciclo de mesas redondas El pensamiento crítico y las ciencias sociales, organizado por el ex rector de la UNAM, como parte de las actividades por el aniversario 80 del Instituto de Investigaciones Sociales de esa casa de estudios.

Fase destructiva

Uno de los puntos centrales de la reflexión propuesta por González Casanova es hasta qué punto se van a practicar las ciencias sociales de la misma forma que hace cinco décadas en un momento de cambios fuertes en los que se han dado proyectos emancipadores de calidad que son aportaciones de muchos pueblos. Entre ellos citó el caso de Cuba o los pueblos indios de Chiapas con los Caracoles que ponen en práctica novedosas técnicas de organización.

En medio de estos cambios "tenemos muchas probabilidades de lograr avances, pero es necesario tener mucha fuerza porque la lucha no se está dando nada más en el campo de las armas, sino en el campo de las ideas y utilizan todos los medios disponibles para destruir a aquel que no acepta las ideas que se les están imponiendo".

Respecto de los escollos a los que se enfrentan las ciencias sociales y el pensamiento crítico, González Casanova dijo: "vemos cómo hay tres problemas: el peligro de que desaparezca la vida en la Tierra, el peligro del ecocidio, de la destrucción de la Tierra; el de una humanidad que está sufriendo en su inmensa mayoría, y el peligro de una guerra con armas que no tienen precedente en la historia de la humanidad y que es mucho más probable de lo que podemos imaginar por el control de los recursos que buscan los países altamente industrializados (Estados Unidos en un 80 por ciento) frente a los demás países".

El ex director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales subrayó: "Hay cosas que son imposibles, y una de ellas es que el capitalismo resuelva los problemas de la humanidad. Ahora parece estar en una fase muy destructiva y esos aparatos militares que están haciendo son de locos."

Locura armamentista

“El problema relacionado con el peligro de tipo nuclear y de guerra –prosiguió González Casanova– es muy claro cuando uno ve cómo han quedado los acuerdos sobre armamentos. El más reciente de Obama tiene un techo de armamentos nucleares de mil 500 unidades. Esta es la locura absoluta porque nada más con un cohetazo de esos la capa de ozono puede abrirse más.

"Creo que hay ocho países con armas nucleares, muchos apoyados por Estados Unidos o por la ex Unión Soviética, que han perfeccionado sus sistemas de lanzamiento."

En tal contexto "tenemos la alternativa más rica en la historia de las ideas sobre la emancipación humana porque ya tenemos la experiencia de la que carecían los otros, no sólo de cómo forjar teóricamente una alternativa al mundo en que vivimos. Cada quién va a escoger qué hace en las ciencias sociales. Y si éstas le parecen muy peligrosas yo le aconsejaría que se dedique a las ciencias naturales."

Las actividades por el 80 aniversario del Instituto e Investigaciones Sociales continuarán el 18 y 19 de mayo con el séptimo Coloquio Anual del Seminario Académico Perspectiva Democrática: discutir la democracia hoy. Mayores informes la página electrónica www.iis.unam.mx


 

El Sub nos explica porque los zapatistas toman Coca Cola
Admin el 12-05-2010, 10:38 (UTC)
 Intervención del SCI Marcos

Preguntas y respuestas como caminos.
(Frente a una lata).

El Sup recibe del Teniente Coronel Insurgente Moisés una lata de conocido refresco de cola, con la marca borrada. El Sup coloca la lata frente suyo y explica:

“Ésta es una lata de conocido refresco de cola a la que se le ha borrado lo que la identifique publicitariamente. A principios de este año, en el Primer Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo, en Oventik, Chiapas, uno de los asistentes intervino y puso sobre la mesa, con gesto teatral, una serie de envases de dicha marca e increpó a los zapatistas el que esos productos se vendieran en los caracoles, diciendo que eso era ser inconsecuentes. Los que venían de fuera lo aplaudieron a rabiar. Los compañeros guardaron silencio, después de todo, habían invitado a la gente a hablar, así fuera para decir tarugadas. Quienes aplaudieron, no le preguntaron al espontáneo juez, jurado y verdugo qué marca de calzado y ropa estaba usando, ni dónde o como había conseguido el moderno y caro vehículo de su propiedad en el que llegó para enjuiciar y condenar, envases mediante, el proceso de lucha zapatista. Le aplaudieron y él tuvo sus segundos de gloria, que alargó luego en las sobremesas coletas de sus cuates y clientes.

El silencio de nuestras jefas y jefes fue un gesto de cortesía, no significó ni significa estar de acuerdo con lo que dijo esa persona. Ahora yo voy a decir, en palabras, lo que dijo el silencio de mis compañeras y compañeros dirigentes, autoridades autónomas y coordinadores de los distintos esfuerzos que se levantan en territorio zapatista.

Frente a esta lata de refresco se pueden tomar varias posiciones. Una es la que sostiene el juez que nos visitó en aquella ocasión y que tanto entusiasmo y adhesiones despierta en una franja de la sociedad y de quienes se acercan a las comunidades. Es la posición del consumo anticapitalista. Consiste en atacar al capitalismo en el consumo, es decir, en no consumir determinados productos. Una posición valedera, respetable y, sobre todo, saludable.

Hay otra forma de anticapitalismo, que ataca en la esfera de la circulación. Es decir, no se adquieren los productos en los grandes consorcios comerciales, sino que se promueve y alienta el pequeño y mediano comercio, el comercio ambulante, las cooperativas y colectivos. Una posición también valedera, consecuente, respetable y que, además, no sólo ataca al gran capital, sino que beneficia a un sector de los desfavorecidos.

Por su parte, la zapatista o el zapatista toma esta lata de refresco y le empieza a hacer preguntas. Yo sé que de por sí los zapatistas tenemos fama de esquizofrénicos. Por ejemplo, aunque hablemos individualmente, no usamos el “yo, mi, me, conmigo”, sino que usamos la primera persona del plural: “nosotros”. Pero aquí no se trata de haber llegado al extremo de pretender sostener un diálogo con una lata de refresco, sino de algo más sencillo. Se trata de preguntarle a la lata quién la produjo y quién la transportó.

Puesto que la lata guarda un empecinado silencio, el zapatista se responde a sí mismo (otro signo de esquizofrenia, dirán algun@s).

La lata, se responde la zapatista, la produjo un obrero o una obrera, en una planta que es propiedad de un patrón, y la transportó un empleado, un “choferólogo” dirían los compas de la Realidad recordando la anécdota que contó el Teniente Coronel Insurgente Moisés en aquella ocasión, en un camión que es propiedad del mismo patrón. Y entonces esa obrera, ese obrero o empleado, recibe un salario pero no es todo lo que se gana con la lata de refresco. A la hora de producir esa lata, el obrero o la obrera son explotados por un patrón, que se roba su trabajo y sólo les da una pequeña parte para que traten de sobrevivir.

¿Qué pasaría, pregunta el zapatista, si no hubiera patrón, si la planta refresquera y el camión repartidor fueran propiedad de los trabajadores y trabajadoras, así como los zapatistas somos dueños de la tierra que trabajamos? La zapatista se responde: “los trabajadores no sólo tendrían más paga y vivirían mejor, también se harían dueños de su destino y empezarían a pasar muchas cosas en ellos, la problema sería muy grande pero sería otra problema, una más mejor, más democrática, más libre, más justa”.

El zapatista y la zapatista toman entonces una decisión, y ésta consiste en tratar de unirse con esa obrera, con ese empleado, para organizarse y, juntos, luchar por quitarles a los patrones la propiedad de los medios de producción, sea de producción de refrescos o de luz o de autos o de ropa o de zapatos o de todo.

Para hacer esto, los zapatistas sacan su pensamiento en la Sexta Declaración del Selva Lacandona y dicen claro: la problema del capitalismo es que unos pocos son dueños de todo y unos muchos son dueños de nada, y eso debe cambiar, ponerse de cabeza, subvertirse, “vueltearse”.

O sea que los zapatistas deciden ser anticapitalistas atacando la propiedad de los medios de producción. Esa persona que juzgó y condenó, quienes le aplaudieron y algunas y algunos de quienes nos miran, escuchan y leen, piensan que nuestro anticapitalismo no es consecuente, que el suyo es mejor y más visible, más inmediato y, sobre todo, más presumible a la hora de hablar de ser consecuentes.

Nosotros sólo decimos el nuestro es un anticapitalismo más modesto: es el que apunta al corazón mismo del sistema. Podrán cambiarse los hábitos de consumo de una sociedad, o las formas y medios para circular las mercancías, pero si no cambia la propiedad de los medios para producir, si no desaparece la explotación del trabajo, el capitalismo seguirá vivo y actuante.

Pero aún así no basta.

Hace algunos años, antes de las leyes revolucionarias y el inicio de nuestra guerra, en las comunidades más alejadas en la Selva Lacandona, era practicado un método para producir bebidas alcohólicas. Con caña o maíz o plátano fermentados se puede producir trago (o “posh”, como le llaman de broma los compañeros y compañeras). Así, sin explotar fuerza de trabajo (lo hacían de su milpa o de su platanal o de su sembradío de caña), sin consumir productos de trasnacionales ni engordar las cuentas bancarias de los propietarios de las grandes tiendas, los indígenas se emborrachaban, las mujeres eran golpeadas y violadas, los niños maltratados. Era un alcoholismo anticapitalista por donde se le viera, pero era y es un crimen.

Desde antes del alzamiento y sobre todo a partir de él, las compañeras zapatistas redujeron mucho el alcoholismo, fuera capitalista o anticapitalista, en las zonas rebeldes con su fuerza organizada, y con la concientización continua y permanente en nuestros pueblos.

Aunque la base material del capitalismo es la propiedad privada de los medios de producción, circulación y consumo, tiene ya una lógica que invade todos los rincones de la sociedad y debe ser combatido en todos los lugares.

Así como muchas cosas han cambiado o empezado a cambiar en tierras zapatistas, y otras tantas faltan de transformarse, así será la sociedad que construimos. Todos los esfuerzos actuales de anticapitalismo son respetables y tienen su importancia, así como lo son y tienen todas las luchas, grandes o pequeñas, que se hacen y harán para hacer del nuestro un país donde ya no sea un dolor o una vergüenza ser indígena, niño o niña, mujer o joven, anciano o anciana, diferente en la sexualidad, o ser cualquiera de todas las diferencias que hay y habrá en la humanidad.

Así que expliquen, eduquen, formen, aconsejen sobre lo que es bueno y malo para la salud en la alimentación. Pero no juzguen y condenen a quienes han decidido arriesgar la vida, y todo lo que han levantado sobre la sangre de nuestros muertos, para destruir un sistema que a ustedes y a nosotros, enlatados o sin lata, nos despoja, nos explota, nos reprime y nos desprecia.

¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA ATENCO!
¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA OAXACA!

Muchas gracias.
SupMarcos.
 

La JBG de Garrucha denuncia que paramilitares detienen a 5 compañeros y otros 9 están desaparecidos en Peña Limonar.
Admin el 12-05-2010, 09:56 (UTC)
 Caracol III de Resistencia hacia un nuevo amanecer. La Garrucha.
Junta de Buen Gobierno El camino del futuro. Chiapas, México.
10 de mayo de 2010
A la sociedad civil nacional e internacional.
A los compañeros (as) adherentes de La Otra Campaña nacional e internacional.
A los hermanos de derechos humanos nacional e internacional.

Hermanos y hermanas.

Denunciamos: Los hechos ocurridos en el ejido Peña Limonar, Municipio Ocosingo, Chiapas, México.

Hechos:

Problemas de asesinos de la Ranchería de Amaytic, Municipio de Ocosingo, Chiapas, México, 10 de mayo de 2010.
Ya hemos denunciado públicamente que los asesinos cuando volvieron a tomar posesión en la Ranchería Amaytic empezaron las problemas y a los tres niveles de gobierno federal, estatal y municipal no hicieron nada en contra de los asesinos. Ellos gozan de plena libertad y nuestros compañeros perseguido por los judiciales y los paramilitares.

Así que el gobierno panista al perredista nosotros vemos claramente que los asesinos son paramilitares que son protegidos por sus complices en el ejido Peña Limonar.

Nuevamente los ejidatarios de Peña Limonar lo detienen a 5 compañeros Bases de Apoyo zapatista y 9 desaparecidos. Los nombres de los compañeros: Ebelio Montejo Hernández, de 35 años de edad. Manuel Gutiérrez López, de 42 año; promotor de salud Luis Gutiérrez Vázquez de 15 años de edad; Pedro Gutiérrez Hernández, 18 años de edad; Narciso Gutiérrez Jiménez, 63 años de edad y los 9 compañeros desaparecidos. Estas son las mañas preparados de los contrainsurgencia, preparados por los tres niveles de los malos gobierno federal Felipe Calderón Hinojosa, estatal Juan Sabines Guerrero y municipal Carlos Leonel Solórsano Arcia presidente municipal de Ocosingo, Chiapas.

También son perseguido por la seguridad pública y los paramilitares cerrando todo los pasos y entradas de los caminos para vigilar a qué hacen y a dónde van nuestros compañeros bases de apoyo zapatistas, y los asesinos tranquilamente paseando junto con los de Peña Limonar.

Prueba de ello, la Junta de Buen Gobierno invitó varias veces al comisariado y las otras autoridades en una reunión para resolver la problemas de los 8 personas asesinos, cuando asesinaron a un miembro del consejo autónomo y un agente auxiliar de la Ranchería Amaytic en la fecha 25 de agosto de 2002. Por una problema de separación de pareja donde perdieron la vida el consejo autónomo Lorenzo Martínez Espinosa y el agente auxiliar Jacinto Hernández Gutiérrez, la cual las autoridades de la Junta de Buen Gobierno invitó a las autoridades para solucionar esta problema, pero las autoridades del ejido Peña Limonar se negaron asistir en la oficina de la Junta de Buen Gobierno, para buscar salida de la problema de la Ranchería Amaytic.

Hoy 10 de mayo a las 10 horas de la mañana, fueron detenidos los compañeros bases de apoyo pero la problema ya no es de Amaytic, ahora en el ejido Peña Limonar fueron detenidos los compañeros bases de apoyo y los 9 desaparecidos.

Así que responsabilizamos a los tres niveles de gobierno en cualquier problema lamentable que vaya a ocurrir, tarde o temprano.Responsabilizamos a los tres niveles de GOBIERNO FEDERAL, ESTATAL y MUNICIPAL por no haber hecho caso de solucionar esta problema.

También los tienen amenazado las mujeres sus salidas y entradas de la comunidad. También ellos quieren desalojar a nuestros compañeros bases de apoyo zapatistas en sus ejidos que nosotros no somos los asesinos y los verdaderos asesinos ellos gozan la libertad absoluta.

¿Qué harían los tres niveles de gobierno si nosotros lo sacamos de su casa con su familia sin ningún delito?
¿Si lo dejaramos sin alimentación, sin su casa lujosa y mandamos a refugiarse en un lugar que no es adecuado para él?

Así que estos nosotros queremos solución de la problema.

Todo lo que pase está en las manos de Sabines, porque junto con su seguridad pública y los paramilitares y los asesinos de Amaytic están vigilando y persiguiendo nuestros compañeros Bases de Apoyo Zapatistas.

Atentamente
Pedro Gutiérrez Guzmán
Federico Gómez Sánchez
Ayda Pérez Núñez
Ausencio López Méndez
Rebeca Lorenzo Cruz
 

Entrevista con Leuccio Rizzo, el falso subcomandante Marcos.
Admin el 10-05-2010, 18:16 (UTC)
 ntrevista con el sub que presentó la prensa caldenorista
En la contrainsurgencia en Chiapas “¿cuál será el siguiente paso del gobierno?”
Leuccio Rizzo, el italiano que el periódico Reforma presentó como el subcomandante Marcos, afirma, en coincidencia con las cartas de protesta de intelectuales y colectivos, que lo que está de detrás de la falsa noticia “es parte de una estrategia de contrainsurgencia”.
a noche del 27 de marzo el ciudadano italiano Leuccio Rizzo se encontraba en el lugar en el que se hospeda en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, cuando un amigo tocó a su puerta con el periódico Reforma en la mano. “Desencapuchan al Sub Marcos”, tituló ese día el diario una edición en la que presumía dar conocer el rostro sin pasamontañas del vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), basando la información en un documento de 83 cuartillas entregado por un supuesto exmiliciano zapatista, en el que además se hace una vinculación forzada del EZLN con ETA.

Leuccio y su amigo miraron las fotografías. No había duda. Era el rostro de Leuccio el que se estaba haciendo aparecer como el del insurgente zapatista. En las horas siguientes las principales agencias internacionales de información recogieron y difundieron la falsa noticia. Nadie se molestó en comprobar su veracidad.

“¿Puede un periodista, por mediocre que sea, tomar en cuenta y publicar información que supuestamente le hace llegar un personaje que la misma nota define como un ‘autodenominado’ ex-miliciano?”, se preguntaron Leuccio y su amigo mientras veían las otras fotografías que acompañaban el reportaje, la mayoría de hombre y mujeres pertenecientes a colectivos y organizaciones defensoras de los derechos humanos y gente solidaria con la construcción del proceso de autonomía de las comunidades indígenas de Chiapas. Puros civiles a los que se les presentó con cargos militares.

Días después Leuccio Rizzo envió una carta de aclaración a Reforma, misma que fue publicada en páginas interiores y por supuesto no tuvo la difusión de las agencias y periódicos internacionales. La mentira, con la intención que fuera, ya se había publicado y poco importaron las aclaraciones.

En entrevista telefónica realizada el pasado 8 de abril, Leuccio refiere: “De inmediato me di cuenta del resto de las falsedades de la información, pues no sólo mienten al mostrar mi rostro como el del sup sin pasamontañas, sino que aún más grave es el intento de relacionar el EZLN con una organización terrorista como es ETA, con el fin de desacreditar a los zapatistas y a las organizaciones solidarias”.
Para leer toda la entrevista:

http://desinformemonos.org/2010/05/%E2%80%9Cun-honor-inmenso-ser-identificado-como-el-sup%E2%80%A6-pero-%C2%BFcual-sera-el-siguiente-paso-del-gobierno%E2%80%9D/
 

El derecho a la solidaridad
Admin el 05-05-2010, 20:44 (UTC)
 La emboscada en Copala y la renovada hostilidad de los gobiernos de Oaxaca, Chiapas y Guerrero a la solidaridad civil, marcan un retroceso para nuestras garantías ciudadanas. La solidaridad ha sido siempre, más que un derecho, un hermoso atributo de los mexicanos, y un espacio digno de entendimiento con la humanidad. Una tradición que nos honra. Una ventana con mucho aire. En tiempos como los actuales, México necesita abiertas las más ventanas posibles, no que se las cierren.

Además de revelar a la opinión pública, así sea tantito y fuera de foco, la situación de violencia político-criminal prevaleciente en las tierras triquis de la Mixteca oaxaqueña, y la responsabilidad directa en ello del gobierno estatal, el ataque armado contra la caravana humanitaria que se dirigía a San Juan Copala el 27 de abril marca un hito preocupante, en particular en las tierras indígenas, a escala nacional. Entre el fragor de la guerra” gubernamental contra el “crimen organizado”, los pueblos son ampliamente perseguidos. En pocos días tenemos nuevos presos mazahuas en el estado de México y las tierras mayas de Yucatán, representantes comunales levantados y desaparecidos en La Morena (Guerrero) y Ostula (Michoacán), y otro pueblo arrasado, ahora en Santiago Sochiapan (Veracruz).

Lo ocurrido en La Sabana, Oaxaca, ha sido visto como un mensaje. La Red por la Paz Chiapas, al condenar el ataque a la caravana humanitaria, declaró que esta agresión “refrenda el riesgo que corren los defensores de derechos humanos, así como los periodistas en México”. Conformada por una decena de organismos independientes en Chiapas, la Red expresa preocupación ante “la situación de vulnerabilidad” en que trabajan estos defensores “frente a la cada vez más recurrente violencia política, la criminalización de su labor y la indiferencia estatal para la protección de su vida e integridad física”. La citada caravana, compuesta por representantes de organizaciones de derechos humanos, periodistas y observadores internacionales, “fue emboscada y agredida con armas de fuego presuntamente por un grupo de la Unidad para el Bienestar Social de la Región Triqui, vinculada al Partido Revolucionario Institucional y señalada como paramilitar”.

La red deplora la pérdida de la activista mexicana Beatriz Cariño, “y de igual modo nos parece de particular gravedad que, frente a la muerte de Jyri Antero Jaakkola, de nacionalidad finlandesa, el gobierno de Oaxaca esté cuestionando la observación internacional, mecanismo de intervención civil de paz que ha resultado clave para detener la violencia en varios lugares y contextos”.

El gobierno de Oaxaca, señalan los organismos, “se deslinda de toda responsabilidad en estos hechos de violencia”, si bien “la impunidad en los numerosos asesinatos y hechos de violencia que se han registrado en la zona triqui han contribuido, mínimamente por omisión, a crear la situación de violencia en la región”. Finalmente, manifiestan la sospecha de que “como se suele dar en Chiapas, la respuesta a este ataque se quede en una atención limitada a restablecer un mínimo de orden público, sin afrontar las causas de fondo detrás de la violencia que ha prevalecido en la zona triqui”. En este contexto, las “candorosas” y trogloditas declaraciones del gobernador Ulises Ruiz Ortiz contra “los extranjeros” y reconociendo que en la Triqui mandan sus aliados paramilitares, apuntan no sólo a la impunidad con que contará nuevamente, sino a una deslegitimación verbal, que podría volverse legal, contra los observadores de derechos humanos, tanto mexicanos como de otras naciones.

El asunto estaba ya en el aire. En días previos a la emboscada en Oaxaca, personas y organismos independientes que acompañan a las comunidades indígenas de Chiapas –entre ellos el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC) y el Comité de Soutien aux Peuples du Chiapas en Lutte, de París– emitieron el pronunciamiento La solidaridad es nuestro derecho (11 de abril), suscrito por más de 400 personas de 24 países: “Denunciamos una campaña en México y en América Latina contra el derecho legítimo de cada persona a solidarizarse con los movimientos y procesos sociales que nos parecen pertinentes. Esta campaña busca estigmatizar, deslegitimar y finalmente criminalizar el hecho de ser solidarios con los movimientos sociales”.

En respuesta a una serie de presuntas “revelaciones” difundidas en ciertos medios en línea e impresos a finales de marzo, sobre personas y grupos solidarios con los pueblos zapatistas, el pronunciamiento internacional señala allí la “distorsión total de relaciones solidarias de la sociedad civil con los pueblos”, ignorando que el movimiento zapatista, “por su causa justa, por saber escuchar a la sociedad civil, por su ética y por la dignidad de sus pueblos, desde 1994 despertó la simpatía y la solidaridad de cientos de miles de personas en México y el mundo”.

La emboscada en Copala y la renovada hostilidad de los gobiernos de Oaxaca, Chiapas y Guerrero a la solidaridad civil, marcan un retroceso para nuestras garantías ciudadanas. La solidaridad ha sido siempre, más que un derecho, un hermoso atributo de los mexicanos, y un espacio digno de entendimiento con la humanidad. Una tradición que nos honra. Una ventana con mucho aire. En tiempos como los actuales, México necesita abiertas las más ventanas posibles, no que se las cierren

Hermann Bellinghausen
 

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